
Hola, soy Belén
Nací en Bilbao una desapacible noche de otoño y... bueno, lo demás es largo de contar, así que voy a la parte interesante del asunto que nos ocupa.
Soy editora de vídeo, montadora o como quieran ustedes llamarlo. La que junta las imágenes en un ordenador según el el guión decida o mi creatividad me guíe, en el mejor de los casos. Muchas otras veces, la que encuentra soluciones improbables para problemas imposibles, la que se atrapa buscando un plano que haga que todo funcione.
Y adoro mi trabajo, cuando hacerlo supone un reto y cuando sé que alguien lo verá esperando conmoverse.
Además tengo tres hijos, todos con o, de esos que aún piden agua y leche en bucle al acostarse. Y también disfruto ese trabajo, así que convertir media casa en mis oficinas centrales es la mejor manera que encontré de crecer con ellos.
En resumen, que pensé que emprender y conciliar pegaban en la misma frase, a quién se le ocurre.
Y que ya era hora de tener clientes ilusionados con lo que tienes que ofrecer, que de eso no hay mucho en el mundo audiovisual ese de ahí fuera.
Así que ahora disfruto editando el material que tú grabas, esas miles de horas que acumulas y nunca ves porque, para empezar, no sabrías ni dónde encontrarlas. Y es que es como hacer de madre: buscando siempre cosas, tirando lo que no vale, haciendo fácil lo difícil... Pero en plan audiovisual.
También trato de convertir las imágenes más cotidianas en historias grandes, de las que se encuentran en los documentales que más me han hecho sentir. La idea fue crear películas profesionales dirigidas a un público muy selecto, los propios protagonistas, lo que no quita para darle a las películas un tratamiento y un amor que las haga dignas de ser emitidas en televisión. De hecho, esta idea, la gran idea, siempre estuvo ahí, viéndome crecer, estudiar y trabajar. Te lo cuento en plan dramático en mi manifiesto.
Por si no lo sospechabas, lo digo: hago casi cualquier cosa que se te ocurra, aunque no lo veas por aquí. Si se trata de fotos y vídeos, las ideas más locas son bienvenidas ¡También te presto las mías!